domingo, 17 de abril de 2011

Santi Didimus.



Hola.

Empezaré mi relato explicando que ayer en uno de mis días azules decidí ir a visitar Faunia.

En cuanto a habitat para los animales lo encontré fenomenal,cuidado,los animales se veían limpios y no tenían caras tristes,la verdad es que disfruté del lugar del día entre nublado y sol de mis bocatas de mi soledad y de mi libertad de movimiento ya que la mayoría de la gente que estaba en Faunia eran familias con los niños.

Y he ahí que mi día se fue tornando rojo,cada vez más rojo hasta llegar al rojo sangre y volverme realmente loca de ira con las familias que por allí deambulaban.

Resulta que vivo en una sociedad en la que me han gustar los niños a toda costa y no me gustan señores,depende de que niño me molesta tanto que lo volvería a meter allí por donde salió hasta que su madre o su padre le explicasen a esos pequeños tiranos que no son los amos del mundo y que de vez en cuando un cachete en el culo sin fuerza solo representativo hace mucho bien,las madres de esta nueva generación son realmente extrañas,por un lado quieren que sus hijos sean educados,pero muchas de ellas no son capaces de educar a sus hijos,los padres al igual que ellas supongo que harán lo que pueden,pero desde mi punto de vista es poco,estos pequeños salvajes ya desde la más tierna infancia te exigen de todo,vamos que si me estoy comiendo mi bolsa de triskis disfrutando de mis morsas y mis pingüinos si se me acerca la niña,muy mona si,pero más pesada que una vaca,al final hasta te miran mal si no le das un triski.

Y si no me sale de la peineta darle un triski a la niña de los...no se lo doy y punto,eso no me hace ni ser mejor ni peor persona,solo que yo decido lo que quiero hacer o no.

Pues nada miles de ojos esperando a que la rara que ha venido sola a Faunia sin niños le dé un triski a la nena.

Así que decidí hacer caso omiso de la nena mona,si pero vuelvo a recordar pesada como una vaca,hasta que me toco la falda y empezó a tirar de ella gritando y llorando mirando con deseo mi triski,así que decidí pagarle con la misma moneda,le cogí de su jersey y empecé a gritar pidiéndole a su madre que aguantara ella a su hija,que yo ya había venido sola para no aguantar a nadie.

Total que su madre salió despavorida a coger a su hija en brazos,ya que una loca le estaba gritando a su hija,al igual que ella a mí,pero claro eso a ella le da igual porque eso sí yo soy una adulta y ella es una niña,pelmaza,pero niña.
¿Qué como acabó la cosa?.

Por una vez conseguí que la familia pesada se fuese de mi lado y volver a disfrutar de mi día.
Eso sí,mis tiskis no los compartí,entre otras cosas porque no me dio la gana y punto!!.

4 comentarios:

bal dijo...

totalmente de acuerdo... esa adoración por los niños, porque sí.... rechina. Primero a educarlos (los padres, no los maestros), y luego ya veremos si el niño es adorable

Ropi dijo...

Los triskis son "sagraosssss"..es q hay cada padre/madre...xq los enanos son solo un reflejo de lo q les han enseñao...
Besitosss

Lucía Mon Amour dijo...

Jaaaaaa, ay qué risa!. Pues a mi también me agotan los níños, no tanto como tú, pero me agotan, pero no solo los niños, también los perros. Estoy muy harta de que los dueños no les pongan orden, que estoy yo tan tranquila y ahí vienen a tocar las pelotas y los dueños ni puto caso.

Lucía Mon Amour dijo...

En el comentario de arriba quería decir: a mí también me agotan los niños, no tanto COMO A TI. Jaaaaa.
¿Qué tal la cena?