martes, 25 de enero de 2011

La sanidad me mata.



Hoy he tenido que acompañar al hospital a M.
El día ha comenzado movidito,a las 8:00 en punto con puntualidad inglesa estábamos en el hospital.
A las 8:20 en una de las habitaciones y a las 10:30 lo han bajado para operarle,mientras tanto me he dedicado a leer,a escribir alguna tontería de las mías en mi libreta de notas requetechula a bostezar a estirarme a seguir esperando a irme a la cafetería a desayunar un buen bocata de tortilla de patatas con mi café con leche descafeinado a volver a la sala de espera a darme otra vuelta por la habitación a observar como ligan los médicos jovenes con la enfermeras jovenes y no tan jovenes a observar como van de rápido sus vidas y no se dan cuenta de que se les escapa entre operación y operación sin pensar que alguna vez serán ellos los que estarán en esas mesas para ser ellos los operados.
En todo este tiempo he bajado a información para solicitar un justificante de ingreso para poder entregarlo mañana en el trabajo y me ha dado tiempo por supuesto a pelearme con el señor tan espeso que entregaba los justificantes con unos inmensos ojos de pez que me observaban pensando que quizás yo era una de esas españolas lístillas que se pillan un día para estafar a la empresa,así que después de cantar muchos mantras interiores he sido capaz de dominarme y dedicarle una de mis mejores sonrisas y le he contestado que después volvería a por mi justificante derecho de todo español para poder presentarlo en mi empresa.
He decidido pasar página y volver a la habitación a ver que ha sido de M si le duele o no le duele,cuando he llegado no he encontrado a nadie en la habitación de nuevo,la única habitación que estaba estropeada y no disponía de calefacción...Dios qué paciencia hay que tener!!.
Vuelvo a decidir sacar mi libro y volver a empezar a leer,pero en ese momento ha llegado la enferma y me ha dicho que tenía que irme al quirófano ya que el médico me estaba esperando para darme instrucciones sobre como tratar a la persona enferma.
Algo se me ha escapado ya que mi mente ha empezado a divagar pensando que en ese hospital había mucho enfermo mental y mucha mujer para estrangular.
Cuál ha sido mi sorpresa de que en la segunda planta hay tres quirófanos con sus enormes puertas rojas correspondientes y su timbrecito a prueba de bajitas,así que después de pedir ayudar a un buen mozo enfermero que pasaba por allí y ser tan amble de pulsar el timbre he esperado que un ser vestido de verde con cara de pocos amigos me diga que esperase justo en un rincón del descansillo hasta que llegase el médico que ha operado a M.
Después de esperar unos minutos que se me han hecho eternos ha salido el médico,un chico con canas y gafas flaquito pero con pulso de oro supongo por las 20 operaciones que realiza al día según él.
En ese momento me entrega con su mejor sonrisa unos papeles escritos con letra de médico de la cuál no entendía ni papa y con una rápidez al estilo de Niki lauda me ha soltado todo lo que debía hacer con las pastillitas,inyecciones y días de visita,no sin antes indicarme que su día libre son los jueves y que cualquiera de ellos le encantaría tomar un café conmigo.
En ese preciso instante se me escapa una risa estridente de las mías de las que recuerdan a Torrebruno y solo puedo salir de allí cantando..."Sin tu amor,un día no tiene sabor y ni siquiera esta canción puede salvarme..." de La casa azul que tanto me ayuda.

Decido pasar página y quizás mañana continúe.

Besos.

2 comentarios:

Samedimanche dijo...

¿M. operado? ¿De qué? Vale que la sanidad da entre risa y miedo, pero es a él al que han pinchado y cortado...¿Cómo está? Dale muchos besos de nuestra parte!

Lucía Mon Amour dijo...

Ay Abutrí, la semana pasada fuí a mi médico de cabecera para pedir unos análisis de todo porque hacía dos años que no iba al médico. Me dió lo que pedí, pero cuando fuí a entregar el papel en ventanilla me dicen que necesito dos papeles, pido cita otra vez, en resumen para pedir unos putos análisis tres días, y luego no sabían qué tenía que hacer para un análisis específico, salí tan indignada que iba por la calle diciendo: ¡qué inutilidad! y pensando en llegar a casa y escribir una entrada, pero estaba tan de mala leche que no sabía como escribirlo. Abutrí te noto baja... Cuídate. Abrazo.