sábado, 15 de noviembre de 2008

Maneki-neko.



Hola.

Cada vez que empiezo a escribir,pienso en que he de ser concisa y clara y al final,siempre acabo andandome por las ramas.

Como me pasó el jueves.Resulta,que hace tiempo,me compré unas bambas para ír a correr,
pero unas bambas como díos manda,con su almohadita de aire para el talón etc.
(no me acuerdo como es su nombre técnico).

Total,que después de sacudirme la pereza,he vuelto a correr,cosa que me alegra
muchísimo ya que hacía tiempo lo tenía olvidado y la verdad echaba de menos todas
las buenas sensaciones que te hace sentir el deporte.

Muy cerquita de mi casa,hay un pequeño parque,sin mucha vegetación,pero muy ameno para ír a correr,así que me calzé mis bambas,mi chandal,mi mp3 y a dar rienda suelta
y desfogue de mis emociones.

Una vez en el parque,me chocó que solo estaba yo,la verdad es que eran las ocho de la tarde y a esas horas aquí ya hace un biruji que te quita el sentido como se descuide una.

Yo que soy una gran observadora aún en movimiento,me dí cuenta de que al final del
camino había algo de color blanco entre unos arbustos,estaba muy cerca de la farola,así que me fue facilísimo verlo.
Cuando llegué como me puede la curiosidad (como a los gatos).Decidí meter la mano y coger aquello.
Cuál fue mi sorpresa cuando me dí cuenta de que era un gato japonés,de esos que la gente te regala de los chinos.
Total,que yo estaba tan contenta con mi nuevo regalito,que me fuí camino de casa contentísima.

Sin dejar de pensar claro está,en ¿quién habrá sido capaz de dejar al gato allí?.
Evidentemente,me acordé de golpe,del pograma del Gran Wyoming,¿no será una broma,como lo de la bicicleta?.Esta y otras muchas más preguntas llegarón a mi cerebro con la rapidez de un rayo, nadie me dijo nada,nadie lo reclamó,así que me lo quedé.

Antes de llegar a casa,me paré en la tienda que hay debajo de mi casa,dónde voy a comprar el pan y muchas otras cosas y dónde nunca me falta una sonrisa.
(son chinos).
Así que les enseñé mi hallazgo,Lee,enseguida empezó a reirse y a dar palmitas,como una niña pequeña
Su marido solo reia,pero me dijo:
-V.Ahola tendlas mucha suelte,gualdalo bien.
Su mujer fue más directa.
-V.Ahola tendlas que fecundal.
Evidentemente,me entró un temblor de piernas ipsofacto,no sabía si por el miedo a lo que me había dicho o por las temibles agujetas a punto de aparecer.

Total que un arrebato de ternura hacía esta pareja que no cierra nunca su tienda y que además són un matrimonio de lo mas tierno,decidí regalarles el gato.

Ellos evidentemente,al principio no lo quisierón aceptar pero después de muchos,que sí!,que no!.
Acercar y alejar el gato de mis manos,lo aceptarón como si fuese el mejor regalo del mundo.

Ahora cuando voy a por el pan,Lee siempre me dice:
-Tu gato,no se olvida de tí,que lo sepas.Y nosotlos tampoco.
Le sonreí a Lee y solo pude contestarle que yo ya me siento afortunada.

6 comentarios:

Samedimanche dijo...

Abutrí: ¿te has dado cuenta de cuanta poesía hay en tus ojos?

Toronto dijo...

Abutrí, que historia tan bonita! Ha sido usted más que concisa y clara: directa al interior del pechu. Quizás muy pronto tendré la oportunidad de ver ese gato en la tienda de Lee... cuando venga a brindar con usted por su aniversario y, sobre todo, por su cariño y amistad.

Julián Rodríguez dijo...

Es usted una ESCRITORAZA! mi querida Abutrí. Cómo me gusta y disfruto de sus Living in Getafe. Poeta de las luces y de las sombras, no se diga más!

La Abutrí de Getafe dijo...

Por favor!.
Que aúnque parezca mentira,me pongo colorada!.

Ssplash dijo...

Yo un día le regalé a un amigo un gato que hacía arriba y abajo con la garra gracias a un péndulo gravitatorio.

Al llegar al restaurante donde nos vimos el péndulo dejó de hacer lo que yo esperaba que hiciera, ir arriba a abajo con la garra para que nosotros pilláramos el diapasón o un picor imprescindible para pensar en unísono o mezclar nuestras palabras con el agua mineral y los tiramisú o las fresas o las servilletas de la mesa hechas una flor de Georgia O'Keeffe y esas cosas.

La garra no fue más garra arriba abajo. Te tendré que comprar a ti una ...

Besitos blue

María J. Plaza dijo...

jaja... qué casualidad, yo ayer también salí a correr por primera vez en unos tres meses. Y qué bien sienta, eh? x